La leche es un alimento básico en la dieta de muchas personas, pero ¿qué pasa cuando buscamos opciones adaptadas a nuestras necesidades digestivas? En este artículo, exploraremos las diferencias entre la leche descremada y deslactosada. Además, describiremos sus procesos de producción y beneficios nutricionales.
Leche descremada y deslactosada: ¿qué son y cómo se producen?
Estos tipos de leche son una variación de la leche entera original. Ambos requieren procesos industriales, los cuales detallamos a continuación.
Leche descremada
Por una parte, la leche descremada es un tipo de leche que ha sido sometida a un proceso de descremado. Este proceso busca eliminar parcial o totalmente la grasa que contiene de forma natural. Esta fase de producción resulta en un producto lácteo con un contenido reducido de grasa. Esta en comparación con la leche entera.
En el proceso de producción de la leche descremada, se emplea la técnica de centrifugación para separar la grasa de la leche entera. Mediante este proceso, se obtiene una fracción líquida descremada que conserva los demás nutrientes presentes en la leche. Entre los nutrientes que se conservan posterior a descremar la leche se encuentran las proteínas, vitaminas y minerales.
Este proceso de descremado es esencial para la elaboración de productos lácteos con diferentes porcentajes de grasa. De ahí resultan la leche descremada, semidescremada y entera, permitiendo así ofrecer opciones variadas al consumidor según sus preferencias nutricionales (USDA, 2019; Bell, 2023).
Leche deslactosada
La leche deslactosada es un tipo de leche la cual se le ha adicionado la enzima lactasa para descomponer la lactosa. La lactosa es un azúcar natural presente en la leche, que se divide en azúcares más simples mediante este proceso. Esto hace que sea más fácil de digerir para las personas con intolerancia a la lactosa. Estas personas tienen dificultad para digerir la lactosa debido a una deficiencia de la enzima lactasa en su cuerpo. La deslactosada tiene un sabor ligeramente más dulce en comparación con la leche entera, sin embargo, conserva prácticamente el mismo perfil nutricional que esta (USDA, 2022; Ajmera, 2023).
En resumen, tanto la leche descremada y deslactosada ofrecen alternativas a la leche entera; pero cada una atiende a necesidades dietéticas específicas. Mientras que la leche deslactosada es ideal para personas con intolerancia a la lactosa, la leche descremada es mejor para quienes buscan reducir la ingesta de grasas y calorías.
Beneficios nutricionales
La leche descremada y deslactosada pueden ofrecer varios beneficios nutricionales (USDA, 2019; USDA, 2022; Ajmera, 2023; Bell, 2023):
Bajo contenido de grasa: la leche descremada contiene muy poca o ninguna cantidad de grasa; lo que la hace una opción más baja en calorías y adecuada para aquellos que están controlando su ingesta de grasas.
Fuente de proteínas: a pesar de su proceso de producción, ambos tipos de leche siguen siendo una buena fuente de proteínas; las cuales son esenciales para la reparación y el crecimiento de los tejidos del cuerpo.
Calcio y vitamina D: tanto la leche descremada como la deslactosada son una fuente de calcio, vital para la salud ósea y dental. Además, muchas variedades de leche descremada están fortificadas con vitamina D, lo que ayuda al cuerpo a absorber mejor el calcio.
Nutrientes esenciales: además de calcio y proteínas, la leche descremada y deslactosada contienen otros nutrientes importantes. Entre ellos potasio, sodio, zinc, fósforo, vitamina A y algunas vitaminas del complejo B.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que algunas personas pueden preferir la leche entera debido a su sabor. Además, su aporte de grasa da mayor percepción de saciedad. Adicionalmente, proporciona vitaminas liposolubles como la vitamina A y D.
En conclusión, la elección entre la leche descremada y deslactosada dependerá de tus preferencias personales y necesidades nutricionales. Ambas opciones pueden ser excelentes alternativas a la leche entera, ofreciendo diferentes beneficios y ventajas.