

El libro Leche y lácteos en la nutrición humana (Milk and Dairy Products in Human Nutrition) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO)1, señala que la leche contribuye favorablemente a la nutrición humana, ya que aporta las proteínas, minerales y vitaminas esenciales en una dieta nutritiva, y se destaca por su alta calidad en comparación con leches de otros mamíferos.
Desafortunadamente, los pacientes intolerantes a la lactosa tienden a desestimar su consumo debido a las molestias estomacales que les produce la ingesta de este azúcar. Expertos como la nutricionista Juliana Mejía Muñoz, dietista especializada en nutrición clínica y pediátrica, y directora del Centro de Nutrición Nutribienestar en Bogotá (consultada por Alquería para la elaboración de este contenido), estimula el consumo de leche deslactosada como la mejor alternativa en comparación con bebidas vegetales elegidas usualmente como sustitutos de la leche entera. Mejía señala que cuando los pacientes intolerantes a la lactosa recurren a bebidas vegetales como la de almendras o la de coco “están perdiendo todo el aporte de calcio que tiene la leche de vaca”.
Frente a esto, el nutriólogo Francisco Ramírez argumenta que, si bien las bebidas vegetales y la leche comparten características organolépticas por su coloración, no se asemejan en su carga nutricional, por lo que desde el punto de vista físico y químico, no se comparan.
Por otro lado, gracias al tratamiento que se le aplica a la leche deslactosada (en el que se le agrega la enzima de la lactasa), leches como la Leche Alquería Deslactosada, adquieren un sabor más dulce y su estructura molecular permite que sea más fácil de digerir 2.
Cabe destacar dentro de los principales beneficios de la leche deslactosada 3: