Lo primero que hacemos es pochar la cebolla y el ajo picados en una olla, con un poco de aceite de oliva.
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Agregamos las espinacas, echamos sal y cubrimos con agua. Dependiendo de si son espinacas congeladas o frescas, variamos el tiempo que deben hervir en agua. Para las espinacas frescas unos 5 minutos y para las congeladas, 7 minutos.
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Una vez cocidas retiramos parte del agua de la cocción y batimos con la batidora eléctrica hasta que quede una textura a nuestro gusto, más o menos líquida. Si la quieres más líquida debes añadir más agua de la cocción.
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Para lograr una textura más fina puedes pasar por el pasapurés, algo que los niños seguramente agradecerán y se comerán mejor.