Tabla nutricional: ¿cómo leer la información correctamente?
¿Quieres tomar decisiones más conscientes e informadas para mejorar tu alimentación? Entonces aprende a...
Los lácteos forman parte de la alimentación balanceada, y según la FAO (s.f.), constituyen de 4 a 12 % del aporte energético en diversas poblaciones. Por eso, queremos hablarte sobre estos productos, sus características y la importancia que tiene su consumo para el desarrollo y crecimiento del ser humano.
Empecemos por definir qué son los lácteos: son todos aquellos productos derivados de la leche. Estos pueden tener, además, aditivos y otros ingredientes que sean necesarios para su elaboración. Por ejemplo, cuando se agrega avena o saborizantes para crear las bebidas lácteas (FAO, s.f.).
El lácteo por excelencia es la leche y, entre todos los tipos, la más común es la leche de vaca. Este alimento proporciona todos los macronutrientes. Es decir, carbohidratos, grasas y proteínas. Las proteínas de la leche son de alto valor biológico porque contienen aminoácidos esenciales y no esenciales. Además, se caracteriza por ser fácil de digerir (Timon et al, 2020).
Sin embargo, las proteínas no son el único nutriente importante de la leche, pues también contiene micronutrientes esenciales para tu bienestar. Entre ellos, el más abundante es el calcio, luego le siguen el fósforo, el potasio y la vitamina B12 (cobalamina) (Timon et al, 2020).
La leche está dentro de los diez primeros alimentos más consumidos en Colombia. Sin embargo, las porciones diarias de consumo están por debajo de las recomendaciones de las guías alimentarias. El menor consumo se da en las regiones Orinoquía, Amazonía y Pacífico (ENSIN, 2015).
El yogurt tiene una característica muy especial: se obtiene de la fermentación de la leche. Esto le da una textura y sabor muy característico, además lo vuelve mucho más fácil de digerir. Este producto contiene zinc y vitamina B12 que pueden ayudar a fortalecer tus defensas (El Abbadi et al., 2014).
Al igual que la leche, aporta proteína y calcio de alta calidad y suele ser mejor tolerado por su menor contenido de lactosa.
Cuando agregas un poco de crema chantilly a tu café por las mañanas o esparces arequipe sobre unas obleas como merienda, también estás consumiendo lácteos.
Estos derivados de la leche no solo aportan un rico sabor dulce a tus postres, también proteínas y micronutrientes (aunque en menor proporción). Eso sí, recuerda que estos derivados contienen una mayor proporción de azúcares y grasas saturadas. Así que la recomendación es consumirlos con moderación.
Se obtiene por medio del proceso de separación de los glóbulos grasos de la leche. Otra manera rápida de obtenerla es por la centrifugación de la leche antes del envasado.
Es fuente de minerales como el calcio, pero también provee proteínas, vitaminas A, D y del grupo B. Entre estas destacan las vitaminas B1 (tiamina), B2 (riboflavina) y B12 (cobalamina) (Asoleche, s.f.).
Se puede incluir en la dieta por medio de múltiples opciones. Algunas de estas son: en la preparación de platos fríos, calientes, picantes, dulces, entradas, pasteles y postres. Con la crema de leche puedes encontrar el equilibrio de sabores en estos platos hasta darle a cada uno su toque especial. (Mejor con Salud, 2021). Eso sí, ten precaución con las porciones que consumas de crema de leche por su aporte de grasas.