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La avena (nombre científico: avena sativa) es un cereal con grandes propiedades nutricionales; tanto así, que hoy en día es considerada un alimento funcional, es decir, que al consumirlo aporta beneficios al cuerpo humano diferentes a los nutricionales y reduce el riesgo de padecer varias enfermedades (Sterna, 2016 y Martínez, 2003).
Dentro de sus propiedades, la primera para resaltar es la cantidad elevada de fibra soluble. La fibra de la avena se llama B-Glucano y ha sido ampliamente estudiada, pues su consumo está íntimamente relacionado con la disminución del riesgo a padecer enfermedades cardiovasculares, reducir los niveles de colesterol y azúcar en la sangre (Menon, 2016). La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo de 25 gramos de fibra al día; con una taza de avena (aproximadamente 100 gramos) ya se obtienen 10 gramos de fibra (USDA, 2015). Entre otros beneficios de la fibra soluble de la avena está su capacidad de facilitar el tránsito intestinal, lo que ayuda a evitar o reducir el estreñimiento. Otros componentes beneficiosos son los antioxidantes presentes en la avena como, por ejemplo, la vitamina E (Sterna, 2016). Recordemos que esta vitamina ayuda a mantener nuestro sistema de defensas sano y fuerte, además tiene efectos benéficos para la piel y actúa como antienvejecimiento (Rasane, 2015).
Por otro lado, la avena contiene una buena combinación de aminoácidos (compuestos de proteínas). Al unir la avena con un alimento rico en proteína como la leche obtenemos preparaciones con una calidad proteica excelente.
La avena tiene un valor muy importante en nuestra dieta porque, además de todos sus beneficios nutricionales, tiene poca tendencia a generar alergias (es apta para el consumo de dietas sin gluten), tiene buen sabor y se conserva por mucho tiempo en la despensa. A nivel culinario, se puede usar en sus distintas presentaciones: en hojuelas enteras, como harina de avena o como salvado de avena. Además, se pueden realizar múltiples preparaciones para ser consumida, como en bebidas a base de avena y leche como la Avena Alquería tradicional o de canela, potajes, cereales para el desayuno, horneada en forma de galletas, tortas y otras recetas. Es un cereal preferido por niños y adultos, y también es muy usado como cereal de iniciación en los bebés (Rasane, 2015).
Estos son algunos de los beneficios al consumir nuestra Avena Alquería:
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