La alimentación equilibrada no solo se trata de consumir la cantidad correcta de calorías, sino también de ingerir los nutrientes esenciales que nuestro cuerpo necesita. Para lograr ese objetivo, es una buena práctica leer las etiquetas de los productos en el supermercado y corroborar si estamos ante alimentos fortificados o enriquecidos (Medline Plus, 2022).
Sin embargo, en medio de la variedad de opciones, es fácil sentirse abrumados y confundidos. No siempre entendemos los términos presentes en el etiquetado. Por eso queremos ayudarte y darte herramientas para que comprendas qué son los alimentos fortificados y dónde los encuentras. También te contaremos las diferencias principales respecto a los productos enriquecidos.
¿Cómo se etiquetan los alimentos fortificados en Colombia?
La Resolución 810 de 2021 y sus modificaciones, del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, contiene un reglamento que regula el etiquetado nutricional y frontal de advertencia de los alimentos envasados. El objetivo es que los consumidores obtengan información clara y comprensible sobre el contenido de nutrientes del producto.
La resolución permite la fortificación voluntaria de los alimentos; es decir, que los fabricantes pueden aumentar la concentración de los nutrientes que contienen naturalmente o no hacerlo. Así como se permite añadir nutrientes adicionales mediante enriquecimiento. De todas maneras, la Resolución no distingue entre “fortificados” y “enriquecidos” (Ministerio de Salud y Protección Social, 2021).
Las adiciones se permiten en los alimentos, siempre y cuando se mejore el valor nutricional del producto. Además, la fortificación puede ser claramente indicada en el etiquetado. Tal como sucede con la Bebida de Almendras Alquería, que aporta un extra de vitaminas B2, E y calcio.
¿A qué llamamos alimentos fortificados?
La fortificación consiste en aumentar la concentración de uno o más nutrientes ya existentes o no en un producto, con el fin de mejorar su calidad nutricional. No siempre es una práctica obligatoria y los fabricantes lo hacen por decisión propia (Olson et al., 2021).
Algunos alimentos ricos en vitaminas lo son por la fortificación. En general, se suele añadir vitamina A y vitamina D. ¿Para qué? Se realiza pensando en grupos más vulnerables (Rajwar et al., 2020). Para mejorar la absorción de nutrientes se incrementa la presencia de un mineral.
Pero también hay alimentos que aportan vitamina D y otros micronutrientes sin necesidad de la fortificación. Tal es el caso de algunas Leches de Alquería, como la Súpercremosa, que además es buena fuente de calcio y proteína.
Una mención especial vale para los alimentos funcionales, como Actigest de Alquería. En este caso, aunque haya un agregado de probióticos, no se detallan como fortificación, ya que no son nutrientes como tales. No obstante, los probióticos tienen beneficios para el sistema digestivo y son alimentos para el cerebro (Mörkl et al., 2020).
¿A qué llamamos alimentos enriquecidos?
Los enriquecidos, a diferencia de los alimentos fortificados, son aquellos a los que se les agregaron nutrientes que no estaban presentes en su composición original o que se perdieron durante el procesamiento. Con ello, se busca combatir problemas de salud pública relacionados con malnutrición (Olson et al., 2021).
Las harinas son un ejemplo clásico de productos que suelen recibir fortificación. Durante el proceso de molienda, es habitual que pierdan minerales y vitaminas. Entonces, luego se añaden para compensar esa pérdida.
Un ejemplo es la sal enriquecida con yodato de potasio. Esto la incluye dentro de la lista de alimentos con potasio, pero, sobre todo, de aquellos que aportan yodo. Es un mineral que ayuda a prevenir problemas de tiroides (Chavarro, 2021).
También, en algunos países, se enriquece el azúcar con vitamina A. Aunque no es algo habitual en todo el mundo (Olson et al., 2021).
Las principales diferencias entre alimentos fortificados y enriquecidos
En conclusión, en Colombia, los alimentos fortificados son aquellos que reciben, durante su manufactura, nutrientes que no estaban originalmente en el producto, y también aquellos en los que se aumenta la concentración de un nutriente que ya tenían. Los lácteos suelen ser ejemplos habituales, como sucede con Chocoleche de Alquería.
Ahora que ya lo sabes, puedes ir al mercado con más tranquilidad. Revisa las etiquetas y haz tu elección sabiamente. La fortificación y el enriquecimiento te ayudarán a equilibrar tu alimentación.
Olson, R., Gavin, B., Ferraboschi, C. y Kraemer, K. (2021). Food fortification: The advantages, disadvantages and lessons from sight and life programs. Nutrients, 13(4), 1118. https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC8066912/
Rajwar, E., Parsekar, S., Venkatesh, B. y Sharma, Z. (2020). Effect of vitamin A, calcium and vitamin D fortification and supplementation on nutritional status of women: An overview of systematic reviews. Systematic Reviews, 9, 1-11. https://link.springer.com/article/10.1186/s13643-020-01501-8
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